La apertura de los octavos de final de la competición de clubes más importante de Europa se puso en marcha, con el encuentro en Francia del Olympic de Lyon y el Real Madrid. Los merengues llegaban al partido con una buena racha, luego de haber recortado puntos al líder de la Liga, el pasado fin de semana. Además contaba con Kaká y Cristiano´. La espectación era alta por el encuentro. Es que a los de la capital española siempre le ha sido desfavorable el reducto francés.
El Madrid vuelve a caer cuando sus hinchas esperaban una victoria que sirviese de impulso para pelear al doblete este 2010. El equipo de Pellegrini no ha alcanzado una "mística" de juego. A ratos se aprecia como tocan el balón y como este está en posesión de los blancos. Pero cuando esto ocurre es sin trascendencia, no hay profundidad y menos sorpresas. Los peores momentos de los madrilistas es cuando su defensa intenta buscar a los delanteros con largos pelotazos, que ayer fueron recepcionados por la defensa del Lyon. El Real es un equipo fome, sin muchas variantes. Sumado la falta de potencial aéreo a la hora de defender pelotas paradas, que ha traído más de un problema a la zaga blanca. Es cierto que el equipo lleva poco tiempo en funcionamiento, pero están comenzando las etapas decisivas en las diferentes competencias y el equipo del "Ingeniero" hace un rato que no tiene margen de error y continua dando licencias.
Fue un 1-0, pero que si hubiese tenido un par de goles más por parte del local, no hubiese sorprendido a nadie.
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