viernes, 30 de abril de 2010

El Romanticismo se toma un respiro en Europa



El miércoles pasado quedará en la retina de muchos, cayó un imperio futbolístico. El protagonista de la imagen encontró la fórmula para eliminar al Barza y de paso demostrar que existen muchas variantes para levantar la orejona.
El equipo de Pep Guardiola en los últimos dos años y medio nos ha demostrado que se pueden lograr títulos brindando un gran espectáculo. En el Nou Camp, los locales, se encontraban ante un gran partido y en frente estaba un poderoso equipo, que por sobre todo tiene oficio. Al Inter de Milán nadie lo daba como candidato, tras malas campañas pasadas todos presagiaban que quedaría en octavos de final, como venía siendo costumbre. Pero apareció un estratego portugués, que en su llegada declaró que a los “negriazurri” le faltaba jerarquía para triunfar en Europa y pidió el fichaje de Lucio, vital en la parte defensiva del Inter.
En la semifinal de Champions apareció el verdadero “CATENACCIO”. Fue una estrategia que Mourinho habrá analizado mucho y le resultó de maravilla, el marcador obtenido en la ida era un buen respaldo y plantarse a esperar no era algo tan descabellado. El margen de dos goles era suficiente como para que la hipótesis se transformase en una teoría. Los jugadores saltaron a la cancha con la misión de darle terreno de juego al Barcelona y esperar a que atacaran, cediéndoles la pelota y cubriendo bien los espacios. Con Eto´o y Milito como extremos en teoría, pero como verdaderos laterales, y con un Sneijder que más que un enganche figuró como un contención, para afianzar una línea de cuatro rompe juego. Todas estas modificaciones tácticas funcionaron perfectas. Cerraron el centro del campo y limitaron a Xavi y Messi a abrir el juego, limitando a los extremos a sacar centros, lo que es manjar para los equipos italianos. El cuadro Culé buscó y tuvo ocasiones que no fueron aprovechadas. En esta clase de partidos, donde hay una defensa tan cerrada, las oportunidades deben ser aprovechadas, por que son mínimas. El Barza no las supo aprovechar y quedó resignado a luchar solamente por la Liga.
El técnico del equipo itálico se sacó la espina clavada de ser eliminado por el equipo catalán. Lo celebró como nadie, pese a su antiespectáculo planteamiento, pero efectivo esquema.
El fútbol es cosmopolita y hay espacio para todo tipo de ideologías. Hay unas que se disfrutan más, pero mandan los resultados y si poner un bus en la portería funciona, tendrá el mismo valor que una pintada de cara.

Por el otro lado esperaba el Bayer Munich que renace de las cenizas y se sitúa, nuevamente, en una final. Con Robben como abanderado y con un experimentado Louis Van Gaal como ideólogo. Los alemanes esperan llevar su fútbol a lo más alto de Europa, donde acostumbraban a estar. Los barbaros son rápidos, potentes y de buen toque. No da muchas vueltas para buscar el arco rival y anda con la fortuna necesaria que requiere un campeón.
El otro finalista viene de aprobar un gran examen y tiene la convicción necesaria para demostrar que son el mejor equipo del viejo continente.
El 22 de mayo el Bernabeu albergará un espectáculo que será disputado de manera muy pragmática, pero donde ambos equipos dejarán las especulaciones para ir a buscar los goles del triunfo.

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